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Aunque siempre es importante tener un conocimiento mínimo de primeros auxilios, muchas veces no mostramos interés en ello hasta que somos padres y nos entra la preocupación de que algo le pueda pasar a nuestros pequeños.
Vemos que, hacia los 6 meses de edad, nuestro bebé empieza a desplazarse, es curioso, quiere tocarlo y explorarlo todo, y ya sabemos cómo exploran los bebés, con la boca, por lo que las cosas pequeñas son una amenaza ante posibles riesgos de atragantamiento.
Cuando nuestro bebé comienza a dar sus primeros pasos, observamos que no tiene un equilibrio perfecto, sino que de vez en cuando se tropieza o cae, no es consciente de lo que tiene alrededor, no tiene miedo a las alturas ni a las escaleras, en definitiva, no ve ni reconoce el peligro, por lo que es bastante normal que se dé golpes que le provoquen moratones o heridas.
Así que nosotros, como padres, deberemos tomar una actitud proactiva en cuanto a términos de seguridad se refiere, como el dicho, mejor PREVENIR que curar, todas las precauciones que podamos tomar serán pocas. Les quiero compartir la siguiente premisa:
Advertir y valorar los riesgos tomando una actitud segura.
Tómate tu tiempo, si es necesario, ponte en posición de gateo como si fueras tu bebé para poder ver en primera persona dónde están los posibles peligros y adopta medidas de prevención.
Aunque muchas de las casas ya tienen enchufes seguros, es importante mantener a los bebés lejos de ellos y enseñarles que no deben tocarlos, pues en algún momento pueden estar en otro lugar donde no sean tan seguros y correr algún riesgo importante.
Recomendación: instalar protectores, son muy fáciles de usar y con ellos impediremos que los niños metan los dedos en los enchufes.
Como comentábamos antes, los bebés no sienten la sensación de peligro y, por tanto, para ellos, bajar o subir escaleras puede ser divertido, sin embargo, hay que considerar que éstas pueden llegar a ser peligrosas hasta para los adultos, por lo que si hay escaleras en tu casa, debes considerarlas como un riesgo.
Recomendación: Instalar barreras de seguridad. Enseñar a tu bebé lo más pronto posible a subir y bajar las escaleras para disminuir los riesgos.
Debemos revisar todos los muebles que tenemos en casa, sobre todo, aquellos que son bajos y pueden hacer que nuestro bebé tropiece golpeándose con alguna esquina.
Recomendación: Instalar protectores de esquina de seguridad que redondeen y suavicen las esquinas. Además, evitar las mesas bajas de cristal en la medida de lo posible, si el niño se cae encima y ésta se rompe puede ser muy peligroso.
Muy pronto tu bebé aprenderá a abrir los cajones, por lo que cualquier cosa que haya dentro de ellos será peligrosa. Revisa cada uno de los que están a su alcance, deja alguno con envases plásticos o libros de modo que pueda entretener su curiosidad, pero retira aquellos objetos peligrosos y sobre todo aquellos productos tóxicos o de limpieza.
Recomendación: Utiliza cierres de seguridad para cajones.
La cocina es peligrosa por sí misma, no es recomendable dejarle entrar, puede ocurrir un descuido mientras se cocina, derramando algo caliente sobre él y pudiendo provocar algún tipo de quemadura.
Recomendación: No dejar entrar en la cocina, o mantenerlos siempre bajo una condición segura, sentado en la periquera, por ejemplo, colocada en la puerta de la cocina, para que desde allí, pueda ver todo lo que haces sin correr peligro.
Además de prevenir, debemos saber sobre primeros auxilios para bebé y recién nacido ya que es importante saber cómo actuar en determinados momentos. Si la situación es de emergencia, los pasos a seguir serán los del acrónimo PAS (Proteger-Avisar-Socorrer):
Hacer una valoración de la situación, detectar posibles riesgos en el entorno, por ejemplo, evaluar si es necesario abrir ventanas, cerrar la llave del gas, desconectar la electricidad, etc.
Al llamar al teléfono de emergencia habrá que dar determinados datos, tenerlos preparados, por ejemplo, si ha sido fuera de casa, habrá que saber la localización exacta, número de km, sentido del accidente, o puntos de referencia.
Lo primero, tranquilizarse, la ayuda viene en camino y después pasar a hacer una evaluación del bebé, es importante que NO LO MUEVA, si no es estrictamente necesario.
Los bebes comienzan llevándose todo a la boca, es un acto reflejo que es muy difícil de controlar, por lo que, aunque se tomen las medidas de prevención necesarias, siempre es posible que en un momento de despiste el niño se pueda llevar algo a la boca, provocando una obstrucción.
Generalmente, el bebé tose porque tiene una obstrucción parcial, en ese caso hay que dejar que siga tosiendo, pues es la forma natural de liberarse de lo que le está produciendo el atragantamiento, sin embargo:
Si no tose y vemos síntomas de ansiedad, estaremos ante una obstrucción total, en ese caso deberemos llamar urgente a urgencias.
Poner al bebé tumbado boca abajo en el antebrazo, con la cabeza más baja que el cuerpo y sujetando con la mano la barbilla, le daremos 5 golpes entre los omoplatos.
Si no expulsa el cuerpo extraño, entonces, le damos la vuelta y lo ponemos mirando hacia arriba y sujetando el cuello con una mano, le realizaremos hasta 5 compresiones torácicas con la otra, en el tercio inferior del esternón. Revisar a través de un barrido si salió el objeto que está causando la obstrucción. Si no, repetir todo el ciclo.
Un barrido, o barrido digital, es una técnica que tiene como finalidad la movilización y extracción de un cuerpo extraño, se debe abrir la boca del bebé, agarrando con el pulgar y los dedos la lengua y la mandíbula, tirando de ellas hacia arriba. Después, se introduce el dedo índice de la otra mano en la boca del paciente y se avanza hasta alcanzar la base de la lengua. Con el dedo índice en forma de gancho se desenclava el objeto y se lleva hasta la boca para sacarlo con extremo cuidado.
Nunca se deben realizar barridos a ciegas, ya que se puede cometer el error de desplazar el objeto más profundamente dentro de la faringe.
Iniciaremos el siguiente protocolo de acción:
Soporte Vital Básico (SVB) para bebés menores de un año.
El soporte vital básico es una ampliación de lo que conocemos como reanimación cardiopulmonar. Ya no es necesario tomar el pulso para saber si debemos hacer ejercicios de reanimación, se debe tomar la decisión SÓLO al ver ausencia de signos vitales (ausencia de consciencia y respiración normal).
1. Posición del reanimador
Ya sea que el bebé se encuentre en el cambiador o en otras zonas, el reanimador debe ponerse siempre a la altura de los hombros.
2. Colocación del bebé.
Acomodaremos la posición para la maniobra, el bebé debe estar tumbado sobre una superficie horizontal, dura, con los brazos estirados y con alineación de la cabeza y el tronco.
3. Abrir la vía aérea
Usaremos la técnica FRENTE-MENTÓN SUAVE:
Así conseguiremos separar la lengua de la parte posterior del cuello. Entonces identificaremos si hay algún objeto en la boca y retiramos con la punta de los dedos, pero NUNCA realizaremos un barrido de la cavidad bucal a ciegas.
4. Comprobación de la respiración
Nos acercaremos a menos de 20 cm de su tórax y entonces:
Si no respira, realizaremos ventilaciones de rescate.
5. Realizar Ventilaciones de rescate
Usaremos la técnica boca-bocanariz:
Debemos realizar 5 ventilaciones de 1 segundo cada una.
6. Realizar compresiones Torácicas
Si con las ventilaciones no ha habido cambios, pasaremos a realizar las compresiones torácicas:
-Haremos dos series de 30 compresiones alternando con las insuflaciones de boca a boca-nariz
-Si hay más de una persona, se recomienda hacer relevos cada dos minutos.
-El ritmo de las compresiones es de 100-120 aproximadamente por minuto.
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Guía de Tallas
Talla | NB | 0-3 meses | 3-6 meses | 6-9 meses | 9-12 meses |
Altura (cm) | 56 | 62 | 68 | 74 | 80 |
Pecho (cm) | 41 | 43 | 45 | 47 | 49 |
Cintura (cm) | 41 | 43 | 45 | 47 | 49 |
Cadera (cm) | 42 | 44 | 46 | 48 | 51 |
Peso (kg) | 5 | 6 | 7.5 | 8 | 9.5 |